Historia acerca de mi ciudad
Historia acerca de la Alameda voy a contar sobre un lugar que se encuentra en el centro de la ciudad y algo de lo que ahí sucede...
La Alameda Mariano Escobedo antiguamente lugar tradicional para quienes buscaban pareja, sobre todo los domingos, día en que las mujeres jóvenes ahi se reunían y recorrian el lugar caminando, entonces los hombres las abordaban y si había química pues ya se relacionaban para conocerse con fines de noviazgo.
Con el crecimiento de la ciudad llegaron personas de poblaciones pequeñas, sobre todo de el Estado de San Luis Potosí la mayoría, llegaban buscando empleo y muchas de ésas personas se colocaban como empleadas domésticas en las casas de personas con mayor poder económico, ésto causó que ellas sobre todo el día jueves salieran a pasear a la famosa "Alameda".
Como comprenderán las jóvenes muchachas ya no utilizaron éste paseo debido en parte al pensamiento de que las confundieran con empleadas domésticas, quiero aclarar que no me refiero en forma discriminada que al fin y al cabo es un empleo digno y honrado que merece mi respeto. Hay otros oficios que la verdad son denigrantes para las mujeres pero ése no lo es, el caso es de que si existió la creencia por parte de las mujeres con más posibilidades económicas y debido a nuestro carácter regional somos muy suspicaces y en cualquier momento en alguna reunión de amigos que el esposo pudiera hacer la mención de que "Ah si, es que a ella la conocí en la alameda", no quiero imaginarme la reacción de la aludida que lo tomaría como una ofensa grave.
Autor: "Jack Crow"
http://www.lacoctelera.com/ano_nimo/post/2007/02/10/historias-mi-ciudad-monterrey-nuevo-leon
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Código de etiqueta para ir a la Alameda
Los jóvenes indígenas recién llegados a la Cd. de México a trabajar en la construcción o en las labores domésticas tratan de mimetizarse con los jóvenes capitalinos por medio de la ropa, peinados y accesorios, para poder adaptarse rápidamente a su nuevo estilo de vida.
En el D.F., se reunen en espacios determinados como la Alameda Central o Tacubaya, los domingos por ser su día de descanso y porque han adoptado como propio el atuendo de cholos, skatos, punks o la mezcla de todo esto. En Monterrey pasa algo muy similar en la Alameda Mariano Escobedo; los domingos se junta mucha gente que viene de otros Estados a trabajar en esta ciudad, sobre todo gente de San Luis Potosí. Éste es el punto de reunión para ir a "dar la vuelta" los domingos.
Las muchachitas se visten casi todas iguales, con un look un tanto ochentero, con grandes copetes y el cabello largo; los hombres con sus botas picudas, cinto piteado y texana, muchos con bordados de los grupos norteños con más éxito del momento, como lo son K-Paz de la Sierra, Valentín Elizalde, El Chapo, etc.
En diferentes ciudades, a pesar de que son grandes metrópolis, es el proceso similar, de que las personas foráneas de una clase social baja que llegan a ciudades a trabajar tratan de adaptarse aunque la manera de vestir es diferente, y esto se da sobre todo en los jóvenes.
Cada día se puede ver en la Alameda Mariano Escobedo, que no solo hay gente con atuendos rancheros, sino también hay quienes imitan a los niggas norteamericanos, con sus grandes cadenas y cabello a rapa o con trenzas. El estilo ranchero es debido a que Monterrey es una ciudad norteña, y en el norte del país predominan estos atuendos; el estilo nigga se debe a la cercanía de la cultura norteamericana, por lo que es mas fácil, que tanto la música como las formas de vestir estadounidense, lleguen a esta ciudad.
Fuente:
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Una Foto en un Caballo
Quizás la tradición de fotografiarse en un caballito de la alameda, tenga sus orígenes en la sorpresa-novedad-terror de los antiguos mexicanos por los hombres bestia que llegaron a conquistarlos.
El caballo era poder. La bestia indomable de los Teules que venían a sojuzgarlos. Aun en la colonia, no cualquiera tenía un caballo, un burro si, una mula quizá, pero no un caballo.
Éste seguía en manos del poderoso y ciertos designados. Un caballo pues, era aspiracional para el grueso del pueblo.
La tecnología traería, tiempo después, la fotografía y el ingenio mexicano detendría y haría perdurar el galope del caballo.
Algunos serenos, otros briosos; unos del tamaño de un perro, para los niños; otros de alzada natural para el macho temerario; y los medianos para las mujeres, como era correcto.
Los había alazanes, rocíos, lomogateados, dosalbos, con lucero y sin lucero, pero también la imaginería mexicana los hacía a capricho de sus alcances y gustos artísticos.
Si la manada completa de la historia metiera todos estos caballos en el mismo corral, surgiría la mejor colección de arte faunístico surreal.
Las alamedas, la novedad y la tradición hicieron el resto. La foto obligada en la alameda.
Lo tangible de un momento, un lugar y un recuerdo. En la Alameda Mariano Escobedo de Monterrey la tradición ha subsistido gracias a, y esto dicho por los propios fotógrafos de oficio, los migrantes.
La familia regiomontana ha abandonado la práctica, algunos abuelos llevan a sus nietos, pero son principalmente, los migrantes de la Alameda, quienes se "toman" la muestra tangible de su estancia en ese otro lugar en el que ahora viven.
Esta fotoinstalación es un deseo de encontrarnos o reencontrarnos con eso otro que ya no hacemos y principalmente con quienes aun conservan la maravilla de seguirlo haciendo.
Un estudio de la migración interna Nuevo León, y particularmente el Área Metropolitana de Monterrey, es un zona de fuerte atracción para los migrantes.
La dinámica migratoria se da en diferentes vertientes, pero en la mayoría de los casos, la necesidad de supervivencia y los deseos de una mejoría de vida, son determinantes.
En cada migrante hay un proyecto elaborado desde una perspectiva individual, que responde a situaciones estructurales.
La migración interna que ocurre de estados circunvecinos, como Tamaulipas, Coahuila, Zacatecas y San Luis Potosí, hacia el Nuevo León. Son grupos en su mayoría integrados por personas que ocupan una fuerza laboral en un sector mayoritariamente informal: servicio domestico, albañilería, mozos, jornaleros, intendencia, comercio informal y otros de similar naturaleza.
Estas comunidades, para el común de los habitantes del estado, integran una sola: comparten oficios de un mismo nivel laboral; las mujeres se alojan en sus propios centros de trabajo, las casas de los patrones; son vistos como inmigrantes a pesar de su residencia de años en algunos casos; comparten gustos y preferencias; se han provisto de usos y formas de vestir que denotan su intención de integrarse a un nuevo entorno urbano; conservan y usan sus lenguas maternas, en ciertas condiciones de privacidad.
Sin embargo, no son una sola comunidad, sino varias y diferentes, y converge su diversidad en su condición migrante.
Estas comunidades, en la búsqueda natural de sus espacios propios, han hecho suyos parques, plazas, restaurantes, centros de diversión y centros comerciales.
La Alameda Mariano Escobedo, ubicada en el centro de Monterrey, y que por años se consideró "el paseo" de las familias regiomontanas, se convirtió en los últimos quince a veinte años en el sitio preferente de estas comunidades migratorias.
Incluso, el entorno comercial y de servicios de la propia Alameda fue transformándose en función de los gustos y preferencias de su nueva clientela.
Monterrey: tierra de migrantes Según las estadísticas, aproximadamente uno de cada cinco habitantes de Nuevo León no nació en el estado.
De estas cifras, la migración femenina es ligeramente más alta que la migración masculina.
Los principales flujos de migrantes provienen de estados circunvecinos: San Luis Potosí, Coahuila, Zacatecas y Tamaulipas.
Los motivos para migrar son muy variados, pero sin duda, la búsqueda de un trabajo o la reunificación familiar, son los motivos más comunes.
La ciudad de Monterrey y su Área Metropolitana concentran el 85% de la población, su nivel de industrialización y la amplia zona conurbada representan un polo de atracción para la población de estados circunvecinos y aún para los de estados más alejados.
En términos cuantitativos, Monterrey es la segunda ciudad, después de la ciudad de México, que más migrantes recibe.
Una visión El concepto "inmigrante imaginado" nos determina una figura social que provoca que los migrantes adquieran una presencia compleja: real, pero al mismo tiempo imaginaria.
Autor: Gerardo Nevárez